OOOTRA surge de años sentado a un piano y rasgando una guitarra; de tardes que se hacen de noche cantando por Serrat con el padre de la novia; de ese momento sublime en que, cuando piensas que la fiesta no puede ir a más, un nuevo estribillo convierte todas las voces en una sola.
Cuando el show parece haber terminado, siempre hay alguien que pide otra. Y otra. Y otra. Mejor dicho, piden OOOTRA.